Tomas tiene súper poder

Después de una de mis cirugías, me miré al espejo y noté que mi sonrisa se veía diferente. Sentí un pequeño jaloncito en mi labio cada vez que reía. Y aunque muchos pensarían que eso era incómodo, para mí se convirtió en un recordatorio hermoso: había pasado por mucho, y aun así podía sonreír.

Ese día descubrí que mi sonrisa era mi superpoder. Porque no solo me llenaba de fuerza a mí, también le daba alegría a los demás. Cuando sonrío, mis amigos y mi familia también sonríen. Y entonces entendí que no hay cicatriz, ni reto, ni diferencia que pueda apagar la luz que llevamos dentro.

¿Y tú? ¿Has descubierto cuál es tu superpoder? Escríbenos tu historia, compártela con nosotros y deja que tu luz también ilumine a los demás.

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